domingo, 30 de junio de 2013

El anhelo de una mente sin recuerdos

Tengo la idea fija de que va a volver porque me hacía sentir completa y segura de mi misma. Me hacía sentir perfecta. Me siento perfecta para él. Por eso tengo la seguridad de que va a volver, porque se que no hay mas minas en su mundo, en su mundo ahora solo está su trabajo (y yo, con mucha suerte, debo ocupar el ante-último lugar en su vida en este momento). Me siento hermosa, me siento bella en todo sentido, me valoro cuando estoy con él. Me hace sentir valorada. 
...
Bueno, ahora me está haciendo sentir una pesada, una goma, una rompe-pelotas, una mas que engrosa el montón de los que no quieren ser del montón. 

Tengo un nudo en la garganta constantemente, pero ya lloré tanto que no tengo mas lágrimas... o eso creo, por ahora. Me hace doler la garganta este nudo, no me lo puedo sacar, no se cómo, y tampoco quiero porque se que sacarlo implica olvidarme del tema, y yo no me quiero olvidar de Augusto. Ya se que no me respondió mis mil mensajes, ya lo se, ya lo se. Me olvido de esa parte. No dejo de entrar a su perfil de facebook. No me quiero desconectar por miedo a que justo se conecte cuando yo no estoy. Estoy como una enferma mirando la pantalla de Facebook sin ninguna interacción con nadie, solo esperando, esperando a que se conecte este gil hijo de mil puta. A veces me agarra como una claustrofobia. Es como si sentiría claustrofobia de este lugar, de mi misma piel, de mi mismo cuerpo, de la ciudad misma, de la misma capa atmosférica. Y me dan ganas de correr, gritar, arrancarme los pelos hasta quedarme pelada. Me dan ganas de pegarle a todas las cosas, de romperlas, de pinchar el nudito en la garganta, es como si fuera una burbujita de angustia y quiero pincharla para que ya no me moleste. 

No puedo pensar en otra cosa, simplemente no puedo. No puedo dormir en paz, no puedo comer en paz, no puedo hacer nada sin que él esté fuera de mi cabeza, es horrible. Es como una pesadilla en la vida real. No quiero a otro, yo lo quiero a él. LO QUIERO A ÉL. Y no puedo esperar más, me estoy volviendo loca, desquiciada, a veces pienso que llego al punto de la obsesión, es como anhelar a alguien para quien no ocupas un lugar en el mundo. Ya no tengo ganas de hablar ni con mi mejor amiga, porque todos lo odian, nadie comprende las cosas que pasan por mi cabeza. Es horrible, es horrible, es horrible. 

Todo me hace acordar a él, absolutamente todo. No quiero ir a mi hamaca paraguaya porque es ahí donde nos quedamos dormidos la primera vez que vino a casa, ese día me había comprado un Milka enorme aireado, así que tampoco puedo comer más ese chocolate. Cada vez que estoy mi cuarto (todo el tiempo) nos recuerdo a los dos tirados en mi cama escuchando Pink Floyd. Me acuerdo de cada rincón de su pequeña habitación. Cada vez que voy a Palermo a entrenar paso por lugar que dice "Bazar Gastronómico"... para mí eso dice "Augusto Marinaro".

Quiero que aparezca, y lo quiero ahora. 

No hay comentarios: